1ER.FESTIVAL NACIONAL DE TANGO “CARLOS DI SARLI”
DE BAHIA BLANCA
DEL 30 DE SEPTIEMBRE AL 02 DE OCTUBRE DEL 2011.
Habrá conferencias sobre la historia del tango, cantantes, músicos y poetas, presentaciones de libros y espectáculos de gran jerarquía, con cantantes invitados de todo el país.
Bahía Blanca por su estirpe se merecía su Festival Nacional de Tango y también merece reconocimiento Carlos Di Sarli por lo que dicho evento llevará su nombre.
El objeto del festival es simple: difundir el Tango, con toda la valía poético-musical que el contiene, su historia y la de los que lo hicieron grande (músicos, poetas, cantantes), como así también convocamos a todas las expresiones del Tango, desde las más clásicas y tradicionales hasta las propuestas mas innovadoras a participar del mismo.
Bahía Blanca, debido a su enclave portuario, recibió de las corrientes migratorias la sensibilidad de sus culturas, produciendo a principios del siglo pasado un movimiento artístico, que la pobló de escenarios donde manifestar sus penas y sus alegrías.
Aquí se conocieron, estrecharon sus manos francas y sus canciones Carlos Gardel e Ignacio Corsini; Mercedes Simone tuvo la confirmación de su valía vocal e inició profesionalmente su trayectoria artística. También en estos lares, Roberto Firpo recorrió por primera vez la sonrisa blanca y negra del piano, partícipe de la Sociedad La Siempre Verde de Ingeniero White, antes de triunfar en Buenos Aires, donde fue otro grande de la canción ciudadana.
En este puerto cosmopolita, nació Augusto Pedro Berto, con un caudal musical superlativo, pero orejero, de habilidades que le permitieron dominar cuatro instrumentos musicales, tocando con igual solvencia, la guitarra, el mandolín y el violín, pero finalmente quedándose con el bandoneón, y a los 17 años componiendo su tango “La Payanca”.
Surge luego la figura de Carlos Di Sarli, sin dudas fue uno de los más grandes de la década del cuarenta, Cayetano Carlos Di Sarli Russomano.
Había nacido en Bahía Blanca el 7 de Enero de 1903. Tocó con las orquestas de Anselmo Aieta y de Osvaldo Fresedo.
Fue apodado "El Señor del Tango".

Formó su primera orquesta en Bahía Blanca, actuó en el Café Express, siguió en el Café Moka y realizó giras por varias provincias y compuso en ese año su primer tango "Meditación", al año siguiente se fue a Buenos Aires, donde actuó en cafetines del bajo.
En 1925 formó su primer sexteto, que debutó en el Cabaret Chantecler, donde sólo estuvo unos cuantos días.
En 1929 grabó sus primeros discos en la Casa Víctor; realizó numerosos ciclos radiales, como por ejemplo en Radio El Mundo y Radio Belgrano.
Era un compositor romántico y melódico como se puede apreciar en "Champagne Tango", "Milonguero viejo" y "Bahía Blanca" además de "A la gran muñeca", temas instrumentales, dejó varios tangos como "Loco lindo" (Letra: Conrado Nalé Roxlo), "Otra vez carnaval" (Letra: Francisco García Jiménez), "No me preguntes por qué" (Letra: Reinaldo Pignataro), "Chiquetera" (Letra: Guillermo Nacarelli), "Verdemar" (Letra: José María Contursi. 1943), "Al pan, pan, y al vino, vino" (Letra: Rodolfo Sciamarella ), "Cayorda" (Letra: Luis Vaccarezza), "Así era mi novia", “Nido gaucho" (1942), "Bien Frappé" (1941), "Corazón" (1939), "Whisky" (1951), "Porteño y Bailarín", "La capilla blanca" , "En un beso la vida", "Juan Porteño" (todos con Héctor Marcó) son tangos que forman parte de la riqueza popular.
Dejaría la dirección en 1959, a causa del cáncer que finalmente lo venció el 12 de Enero de 1960.
Dice de él el doctor Eduardo Giorlandini, de la Academia Nacional del Lunfardo: “Este muchachito, este Señor que no perdió jamás su alma de niño, amaba a Dios y amaba a los hombres, porque el mensaje de Dios hablaba del perdón y él supo perdonar a los hombres que no fueron buenos con él o que fueron malos con otros”.
Juan Carlos Marambio Catán, un cantor entre el tango y el folklore. Basta echar una mirada sobre la vida de Marambio Catán para comprobar que, más allá de algunas composiciones memorables y un difuso recuerdo como cantor, todo lo suyo corresponde a un prototipo muy preciso: el del artista atrapado en el tiempo. Juan Bautista Fulginiti y Fernando Nunziata son otros ejemplos, de los muchos que existen, de tal clase de personajes; la diferencia entre éstos y los demás (los siempre recordados, los que trascendieron su propia época) fue en varias ocasiones una mera cuestión de fortuna publicitaria.
Juan Carlos Marambio Catán -tal su nombre completo, reducido con frecuencia a su segundo apellido y a veces trocado por algún pseudónimo- nació en Bahía Blanca. De ahí en más puede seguirse como fuente su propio libro (El tango que yo viví: 60 años de tango; Buenos Aires, 1972; Editorial Freeland), pero una repetición cronológica sería redundante y hasta parásita. Mejor centrarse en su historia artística, en la que no es difícil establecer un paralelo con los demás cantores de su generación, entre los que se incluyen Gardel y Corsini: al igual que éstos, Marambio Catán fue un "cantor nacional" formado con la experiencia y el carácter trashumante.
En el Paraguay hizo sus primeras armas en el espectáculo junto al mencionado Nunziata; a esta incursión casi secreta le siguió otra no menos olvidada, ya en Argentina, cantando con Saúl Salinas durante algunos meses. Corría el año 1915; Marambio Catán se hacía llamar "Carlos Núñez" y de ahí que este conjunto se promocionara primero como Salinas-Núñez, cambiado luego por Salinas-Catán al parecer por sugerencia del payador Gabino Ezeiza. Ese mismo año los dos cantores, que habían recibido fuertes influencias de los dúos mexicanos que difundían en el país los discos Columbia Record (Rosales-Robinson, por ejemplo), se separan; Marambio Catán sigue un tiempo como solista.
Viaja a Mendoza y se convierte en maestro de escuela; reaparece más tarde en San Juan, junto a Carlos Montbrun Ocampo, quien todavía lejos de su famoso conjunto "de las Alegres Fiestas Gauchas" lo convence para formar el dúo "Marambrun", que no prosperó. Ya entrada la década del veinte puede hallárselo junto a otro cuyano, Alfredo Pelaia, con quien mantiene una relación fructífera (y que se registra en varios discos que van de 1924 a 1928); y muchos años después, ya con dos tercios de su carrera cumplida, llega a integrar un dúo con otro músico de la región: Hilario Cuadros, el director de Los Trovadores de Cuyo.
Estas actividades hablan claramente de sus preferencias, que lo llevarían a fluctuar entre el tango y el folklore con igual afianzamiento. Fue un auténtico difusor del cancionero nativo de carácter cuyano-pampeano, según correspondía al modelo de aquella época en que la mayoría de los cantores alternaban la música ciudadana con la de tierra adentro.
A la par de su vida como cantante, y muchas veces en feliz conjugación, Marambio Catán se desarrolló como actor de teatro pasando por las grandes compañías de entonces. Con ellas recorrió una parte significativa de América Latina, por lo general en cuadros de revistas musicales. Como ocurriera una década atrás en aquella gira junto a Salinas, la disolución llegó antes de lo esperado y Marambio Catán siguió solo, ascendiendo por la costa del Pacífico desde Perú hasta Colombia, emprendiendo desde allí el camino de regreso.
Tiempo después, unido a orquestas de tango (Julio de Caro, Eduardo Bianco, Juan Cruz Mateo) para continuar luego como solista, visitó Europa y Egipto.
De todas las inquietudes de Marambio Catán, es imposible obviar su contribución como autor. Por ella es recordado hoy, en un dictamen que no es injusto, pero sí apresurado cuando toda su fama en este sentido se apoya en el recuerdo de tres o cuatro obras. "Acquaforte", con música de Horacio Pettorossi, su creación más conocida y que fuera un éxito en los repertorios de Gardel y Magaldi, nació en el Viejo Continente; agréguense las letras de varios tangos que son más frecuentes en versiones instrumentales, como "El monito", "Buen amigo" o "El choclo", y el amplio resto corresponde a canciones que no tuvieron la difusión que quizá merecían. También dejó tangos, valses y otras composiciones que como autor les pertenece por completo, tanto en música como en letra.
Su labor discográfica no fue tan breve como podría sugerir su virtual olvido como intérprete, pero la falta de reediciones lo convirtió en un artista casi inaccesible más allá de determinados circuitos. Este hecho, sumado a una probable falta de "aggiornamento", le quitó la proyección hacia planos más actuales, y de ahí que quedara circunscripto a una época pasada.
El 26 de mayo de 1924 hizo sus primeras grabaciones para la compañía Victor, acompañado por la orquesta de Augusto Berto (los tangos "Perjura" y "Tengo celos", disco Nº 77.387); al poco tiempo ya alternaba sus placas como solista -secundado por orquesta o por guitarras- con otras del dúo Pelaia-Catán. Más adelante formaría un dúo norteño con Andrés Chazarreta, dejando en marzo de 1931 para el mismo sello cuatro registros prácticamente desconocidos.
Cerca de esta última fecha también pasó por Columbia, pero el título no llegó a publicarse y hoy se conoce gracias a la aparición de un disco de muestra (información suministrada por Fabio Cernuda). En 1932 grabó en España integrando el Trío Buenos Aires, que completaban Juan Cruz Mateo y Carlos Vega. Todo esto, más su trabajo en las radioemisoras porteñas, lleva a pensar que fue un artista en constante ocupación.
Luego de una última "tournée" por provincias y países de América (con el bandoneonista Carlos Marcucci y números de baile a cargo del "Vasco" Casimiro Aín), y tras intervenir como actor y cantante en una obra teatral de Samuel Eichelbaum, decidió retirarse. Sin estridencias, como había sido su carrera. Fue en 1943; la fecha puede parecer prematura, pero no extraña si se tiene en cuenta que para esa época la figura del cantor nacional había declinado.
Marambio Catán tuvo para la historia de la música argentina algunos privilegios accidentales: como autor de una de las letras de "El choclo", tuvo constante presencia en las partituras, aunque pocos intentaran cantarla; le cupo en suerte estrenar el primer tango de Discépolo, titulado "Bizcochito" y rara vez exhumado desde aquel lejano 1924; fue protagonista de una extraña polémica entre los que intentaron discernir si era él u otro el intérprete de cierta propaganda de Geniol. Superando estos detalles, queda un artista digno de ser indagado, que va desde el poeta lo suficientemente descriptivo en "Acquaforte" hasta el cantor experimentado y solvente, según lo atestiguan crónicas y grabaciones.
Falleció en Mendoza. Llegó a ver cómo componían su nombre en la tapa de su autobiografía, prologada por Raúl González Tuñón; no vivió, sin embargo, para el redescubrimiento que aún espera.

Francisco Amor, otro bahiense. Su estilo era distinto al cantor o estribillista de tango, su voz tenía una cadencia acriollada, de gran calidad interpretativa, que lucía espléndida en la interpretación de los valses.
En el año 1937, se desempeñó como actor y cantor en la compañía de César Ratti, en el Teatro Apolo y además, participó en la película "Viento Norte", dirijida por Mario Soficci, cantando las canciones "Vidalita" y "Boyera", ambas de Alberto Vaccarezza y Andrés Domenech, con el acompañamiento musical de Francisco Canaro. En 1938, también actuó en la película "Pampa y Cielo" junto a Oscar Alonso, Domingo Conte y los hermanos Lidia Eva y Edmundo Rivero.
El gran Pirincho, siempre innovando en el tango, se le ocurrió presentar dos vocalistas en su orquesta, eliminó la función del estribillista y le dio al cantor más participación en los temas cantables para que interpretaran la primera y segunda parte de las letras. Ellos eran: Roberto Maida, el que ya estaba consagrado en la orquesta y Francisco Amor, quien debutó en el disco el 15 de junio de 1938 con el tema "Salud, salud".
Al finalizar ese año, Maida, en disconformidad con el ingreso de otro colega decidió alejarse de Canaro. Este hecho provocó el regreso del cantor mas exitoso que tuvo el maestro, quien se había desvinculado en 1934, me refiero a Ernesto Famá. El 27 de febrero de 1939 grabaron el tango, "Por vos yo me rompo todo", con la voz de Famá y, en el reverso, el estilo "El brocal", ambos temas del director.
Al finalizar ese año, Maida, en disconformidad con el ingreso de otro colega decidió alejarse de Canaro. Este hecho provocó el regreso del cantor mas exitoso que tuvo el maestro, quien se había desvinculado en 1934, me refiero a Ernesto Famá. El 27 de febrero de 1939 grabaron el tango, "Por vos yo me rompo todo", con la voz de Famá y, en el reverso, el estilo "El brocal", ambos temas del director.
A partir de esa integración, ambos cantores lograrían una repercusión muy importante, tanto en las actuaciones en vivo, como en las ventas de discos. Los éxitos de Amor comienzan con su tema "Mulita" y se continúan con dos estrenos que perdurarán en la historia del tango: "Cuartito azul", 14 de septiembre de 1939 y "En esta tarde gris", 9 de agosto de 1941, ambos del joven compositor y pianista de la agrupación, Mariano Mores. El primero con versos de Mario Battistella, el otro con la pluma de José María Contursi.
Por desinteligencias contractuales con Canaro y con un importante contrato en la mano, los dos cantores se despidieron de la orquesta con dos registros, el 22 de octubre de 1941: "Mañana juega" de Vacarezza, con la voz de Famá y "El cuarteador" de Enrique Cadícamo, con Amor. También se desvinculó el eximio bandoneonista Federico Scorticati a quien le ofrecieron la conducción de la formación que iba a acompañar al nuevo rubro Famá-Amor.
Por desinteligencias contractuales con Canaro y con un importante contrato en la mano, los dos cantores se despidieron de la orquesta con dos registros, el 22 de octubre de 1941: "Mañana juega" de Vacarezza, con la voz de Famá y "El cuarteador" de Enrique Cadícamo, con Amor. También se desvinculó el eximio bandoneonista Federico Scorticati a quien le ofrecieron la conducción de la formación que iba a acompañar al nuevo rubro Famá-Amor.
Debutaron a fines de 1941 ante los micrófonos de Radio Splendid. En enero de 1942, partieron en gira hacia la República del Uruguay actuando en distintas emisoras radiales y en los más importantes escenarios. Regresaron en agosto y decidieron, en forma amistosa, disolver el binomio. Amor continuó como solista, siendo figura estelar durante muchos años en Radio Belgrano.
En 1947, participó en la película documental de Antonio Solana, "Buenos Aires canta", junto a Hugo del Carril, Azucena Maizani y Niní Marshal. Al año siguiente realizó una extensa gira por Chile y, luego de un breve paso por Buenos Aires, decidió radicarse en la ciudad de Montevideo, paulatinamente se va alejando de la actividad musical.
En 1956, Canaro realizó una prolongada actuación en el exitoso programa "El Glostora Tango Club", por los micrófonos de Radio El Mundo e invita a algunos de los que fueron sus principales vocalistas: Ernesto Famá, Carlos Roldán, Eduardo Adrián y, también, a Francisco Amor. Quien escribe esta semblanza tuvo la suerte de presenciar este inolvidable desfile de ídolos.
En 1956, Canaro realizó una prolongada actuación en el exitoso programa "El Glostora Tango Club", por los micrófonos de Radio El Mundo e invita a algunos de los que fueron sus principales vocalistas: Ernesto Famá, Carlos Roldán, Eduardo Adrián y, también, a Francisco Amor. Quien escribe esta semblanza tuvo la suerte de presenciar este inolvidable desfile de ídolos.
Amor realizó su última participación discográfica en 1957, cuando es contratado, en Montevideo, por el sello discográfico de origen alemán: Antar-Telefunken. Se trató de una serie de grabaciones junto a músicos y cantantes de gran nivel: Astor Piazzolla, Edmundo Rivero, Horacio Salgán, Eduardo Adrián, Enrique Lucero, entre otros.
En Uruguay desarrollaría su otra pasión: la pintura y el dibujo, llegando a exponer sus obras en muchos países de América.
En Uruguay desarrollaría su otra pasión: la pintura y el dibujo, llegando a exponer sus obras en muchos países de América.
No podemos terminar este breve recorrido, sin mencionar su labor como compositor. Entre su obra más conocida: las canciones criollas "Mulita", "Malambo" y "Canción de junio", en homenaje al prócer oriental don José Gervasio Artigas y sus tangos "El estrellero", "A mí dejame en mi barrio" y "Frente a una copa". Falleció a los 66 años en el Hospital Pasteur de Montevideo.

Luis “Palito” Bonnat, bahiense que brillara con su bandoneón en la orquesta de Osvaldo Pugliese.
Y ese camino iniciado por estos ilustres pioneros de nuestra música ciudadana en Bahía Blanca, le siguieron una pléyade de luchadores, tal vez imposible de recordarlos a todos Tito Dávila que cantó con Osmar Maderna, Roberto del Mar (Roberto Boccanera), finalista del concurso, organizado por Radio Splendid en 1953, para galán de la película “Adiós muchachos”, que se adjudicó Alfredo Dalton; Juan Carlos Cobos, vocalista de Osvaldo Pugliese.
Las orquestas de Meloni-Martínez, Antonio Ríos, Raúl Girou, Antonio Totti, Carlos Amado, Héctor Silva, los hermanos Castro, las violas de Berdini y Salinas; Hugo Marozzi, Aníbal Vitali (con más de 80 años, prosigue enseñando y recreando la mejor música), Chiche de Arriba, Efraín Scheinfeld, ahora en España, Mario Grossi, que sigue en la lucha, Tulio Angelozzi, Roberto Floris, Antonio Campos, Eladio Luciani, Lucio Pasarelli, Antonio Volpe, su fueye y su Grupo Volpe Tango Contemporáneo, su hijo Víctor, pianista indispensable para acompañar las figuras del tango local.
Juan Carlos Schimizzi, casi perfecto en su forma de decir, su afinación y su don de gente; Nora Roca, una gran voz que triunfa en Buenos Aires y más allá de las fronteras y Gaby “la voz sensual del tango” que es el presente a nivel nacional e internacional con su bella figura y ese fraseo tan peculiar.
(fuentes: Eduardo Giorlandini,Diario La Nueva Provincia,Tino Diez y Oscar Himschot)