
CLÍNICA DE BAILE y show room de indumentaria de tango.
La pareja
de baile de Natalia Gastaminza y Gustavo Rodríguez se ha convertido en una de
las favoritas de la ciudad de Bahía Blanca. Con varios años de pareja en la
pista y en la vida, estos jóvenes logran darle al tango el gustito de la
milonga porteña, ese espacio donde se confunden en un abrazo dos seres que
dejan de ser individualidades hasta que la pieza musical termina.
Él nació el
3 de Julio de 1971 en Bahía Blanca y desde 1996 camina de la mano del tango;
ella, geminiana, nació un 16 de junio también en Bahía Blanca, y su trayectoria
con la música ciudadana comenzó en 1995. Juntos han sido finalistas por 7 años
consecutivos del Mundial de Tango de la Ciudad de Buenos Aires en el rubro “tango
salón”, siendo una de las pocas excepciones con esa condición.
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Natalia y Gustavo |
MILONGA - SHOW con el trío de Juan Carlos Polizzi, Marcelo Martínez Astor Vitali, Marcela Vázquez y Patricia Martínez acompañados por Sarita Capelletti.
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Juan Carlos Polizzi |
Todo comenzó el 11 de julio de 1998 y desde entonces
el trío se mantuvo firme..
Cada encuentro amenizado por este “trío de tres” –como solía decir Mario Sánchez-
es una cita de tango en vivo, donde la gente puede ir a bailar y disfrutar como
antaño cuando cada baile popular contaba con sus orquestas típica y
característica.
"Es como los bailes de antes, algo popular. Nosotros hacemos tangos
clásicos para bailar como algunos de Darienzo, De Angelis, Troilo y muchos
más", explicó Juan Carlos Polizzi.
El repertorio está construido en función de los gustos de la gente. "Si te dedicás a un sólo género y no variás las canciones, se te hace mucho más difícil. Nosotros seguimos una línea, un estilo", aseguró.
Se trata
de música bailable en su totalidad con la intención de que los concurrentes se
diviertan y la pasen bien. "Por ahí metemos alguna milonga o vals, pero en
general tocamos tangos clásicos", dijo Lucero.
En el salón entran 250 personas distribuidas en unas 55 mesas. La capacidad es aún mayor, pero si se supera resulta muy difícil demostrar destreza en la danza.
Las emociones de los bailes se generan a partir del baile: las parejas se van juntando a través de las miradas, de los "cabezazos" y, por supuesto, de las ganas de danzar. "El hombre busca a alguna mujer, cabecea o va derecho a la mesa y la saca a bailar. Ahora quizás no se estila en otros lados, pero acá sí. La sensación de adrenalina que se genera es increíble", explicó Eduardo.
"Después de tantos años se formó como una gran familia, porque la gente entra, se abraza y se da besos. Cuando hay cumpleaños se festejan ahí. Mucha gente lleva torta y comen todos. A veces hasta se cocinan cuartos de novillo y se les sirve a todos los bailarines", comentó Juan Carlos.
"Se
han formado, se han casado y se han separado parejas", bromeó Lucero.
Todos tienen un por qué para ir a la tertulia danzante. Los músicos porque aman lo que hacen y los bailarines porque se divierten y lo utilizan como una terapia.
"Los chicos y chicas que van a aprender tango a las academias vienen los domingos a bailar y así despuntan el vicio escuchando tango en vivo", aseguró Lucero.
Son catorce años consecutivos y muchos domingos sin descanso. A pesar de las crisis, la gripe y muchos otros obstáculos, la banda sigue tocando.
La agrupación de tango siempre realiza pequeñas variaciones en el repertorio. Así lo explicó su director, el maestro Juan Carlos Polizzi.
"Generalmente cambio las entradas. Pero para la segunda y la tercera siempre tengo preparado lo que le gusta a la gente. Primero hago temas de Darienzo y después una selección de música para los que realmente bailan haciendo figuras", comentó.
Según los músicos, temas como El huracán o La cumparsita son infaltables. “No empezaste con el primer compás y la gente ya arranca y se pone a bailar. Se vuelven locos", dijo.
El repertorio está construido en función de los gustos de la gente. "Si te dedicás a un sólo género y no variás las canciones, se te hace mucho más difícil. Nosotros seguimos una línea, un estilo", aseguró.
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Osvaldo Lucero |
En el salón entran 250 personas distribuidas en unas 55 mesas. La capacidad es aún mayor, pero si se supera resulta muy difícil demostrar destreza en la danza.
Las emociones de los bailes se generan a partir del baile: las parejas se van juntando a través de las miradas, de los "cabezazos" y, por supuesto, de las ganas de danzar. "El hombre busca a alguna mujer, cabecea o va derecho a la mesa y la saca a bailar. Ahora quizás no se estila en otros lados, pero acá sí. La sensación de adrenalina que se genera es increíble", explicó Eduardo.
"Después de tantos años se formó como una gran familia, porque la gente entra, se abraza y se da besos. Cuando hay cumpleaños se festejan ahí. Mucha gente lleva torta y comen todos. A veces hasta se cocinan cuartos de novillo y se les sirve a todos los bailarines", comentó Juan Carlos.
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Eduardo Polizzi |
Todos tienen un por qué para ir a la tertulia danzante. Los músicos porque aman lo que hacen y los bailarines porque se divierten y lo utilizan como una terapia.
"Los chicos y chicas que van a aprender tango a las academias vienen los domingos a bailar y así despuntan el vicio escuchando tango en vivo", aseguró Lucero.
Son catorce años consecutivos y muchos domingos sin descanso. A pesar de las crisis, la gripe y muchos otros obstáculos, la banda sigue tocando.
La agrupación de tango siempre realiza pequeñas variaciones en el repertorio. Así lo explicó su director, el maestro Juan Carlos Polizzi.
"Generalmente cambio las entradas. Pero para la segunda y la tercera siempre tengo preparado lo que le gusta a la gente. Primero hago temas de Darienzo y después una selección de música para los que realmente bailan haciendo figuras", comentó.
Según los músicos, temas como El huracán o La cumparsita son infaltables. “No empezaste con el primer compás y la gente ya arranca y se pone a bailar. Se vuelven locos", dijo.
SARITA CAPPELLETTI
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Sarita Cappelletti |
Dentro del Festival, Sarita presentará a cuatro cantantes: Marcelo Martínez, Astor Vitali, Marcela Vázquez y Patricia Martínez.